30 dic 2008
Compositores del siglo XXI: Nobel Sámano
Publicado por manuel larios 0 comentarios
19 dic 2008
18 dic 2008
Florence Foster Jenkins
Lo siento.
La historia es impresionante. Puede verse en la wikipedia.
Esto es una entrevista que circula en la red (traducida del inglés) supuestamente realizada a Cosme McMoon, aunque en realidad este seudónimo esconde el nombre de Edwin McArthur, que fue el auténtico pianista acompañante de la “diva”, aunque en la wikipedia y en blogs de internet se da como nombre verdadero el seudónimo. Esto parece una de esas historias de Borges en las que la realidad y la ficción se confunden. Pero los personajes son reales.
Asumiendo que el público tendrá un montón de preguntas, estas serán contestadas en la siguiente entrevista con el que fue acompañante de Miss Jenkins durante muchos años, el Señor Cosme McMoon:
Pregunta. Como muchos otros artistas excepcionales, Florence Foster Jenkins ha sido comprendida de una forma parcial y limitada por todos, incluso por sus más devotos seguidores. Para una completa comprensión de estos números tal como los podemos escuchar hoy se necesita no solo algunos antecedentes sino una breve pero esclarecedora explicación de su personalidad por alguien al mismo tiempo familiar y comprometido con este excepcional proceso. Es por esta razón que tenemos la fortuna de poder entrevistar a Mr. Cosmé McMoon, que preparó a La Señora Jenkins y la acompañó en esas grabaciones. Al objeto de conseguir una imagen lo más completa posible, Mr. McMoon, ¿querría contar algo a nuestros oyentes sobre la biografía de La Señora Jenkins anterior a su tardía carrera en los escenarios?
Pregunta. ¿La animó alguien en su pretensión de adoptar en serio una carrera como cantante? ¿Quién influyó en esto?
Respuesta. Bien, ella había cantado en pequeños eventos en su gran club musical, que era conocido como el Birdy Club. Allí se celebraba un baile anual, y en los últimos años, había creado un intermedio durante el cual cantaba un aria, y fue tan grande el entusiasmo y el júbilo que despertaba que la gente pedía más. Era animada a cantar una y otra vez, tanto por los profesionales como por los profanos. Había una gran cantidad de buenos cantantes del Metropolitan en ese club, (creo que Enrico Caruso era uno de sus fundadores), y toda esa gente para gastarle una broma le decían que era la más hermosa voz que habían conocido, y la animaban.
*
Respuesta. Mis primeros encuentros con la Sra. Jenkins fueron en reuniones sociales un año antes de la muerte de su madre. Coincidí con ella a menudo y, sabiendo que yo era un concertista de piano, me preguntó, cuando decidió dar su primer concierto, si quería preparar el programa y supervisar los números, a lo que yo accedí.
*
R. Bueno, debo decir que cada uno de los números fue memorable, en la forma en que los interpretaba, porque no era solo la interpretación que podemos oír en los discos, sino que además añadía aspectos histriónicos a cualquier número, generalmente en lo referente a la actuación teatral, tanto si era un aria, como a cualquier otra acción adecuada si se trataba de una canción descriptiva, también podía adoptar distintas formas de danza durante los números, todo lo cual era bastante jocoso. Recuerdo que el número más frecuente era una rápida canción española llamada “Clavelitos”. Durante esta canción, insistía en que hubiera una introducción instrumental en la que ella bailaba un paso español, como de un fandango. Salía vestida con una gran peineta y una mantilla, (un precioso chal español), y llevando una cesta de claveles. En medio de la canción solía hacer parar la música y lanzar las flores a la audiencia, que respondía airosa ¡Olé! Y todo ello creaba tal alboroto que al final se veía obligada a hacer un bis. Pero, claro, había lanzado todas las flores, de modo que pedía a la audiencia que se las devolvieran para que pudiera volver a tirárselas, así que muchos se las llevaban hasta el escenario, mientras que otros se las lanzaban. Cuando el cesto estaba lleno ella empezaba de nuevo, solo que esta vez con el acompañamiento de las palmas cada vez que lanzaba una flor, como en el Carnegie Hall, donde fue acompañada con una gran salva de Olés por parte de miles de personas. Había muchos números extravagantes, cada uno con un característico disfraz y una actuación propia.
*
R. No había nada que decir de los gestos de aprobación, porque el público aprobaba todo con entusiasmo, pero la audiencia trataba casi siempre de no herir sus sentimientos evitando que fuera patente la risa, de modo que llegaron a desarrollar una convención consistente en que, en cualquier momento en que hubiera un discurso atroz o algo así, en que el público tuviera ganas de reír, aguantaban hasta llegar a las salvas de aplausos y silbidos en que el ruido era tan grande que podían reírse con libertad.
P. Quizás sea aún más importante saber cómo la Sra. Jenkins racionalizaba estas actuaciones. ¿Cómo podía ser capaz de interpretar estas reacciones de la audiencia como aprobatorias?
R. Había elaborado una concepción de todo esto basada en como las adolescentes se desmallaban y chillaban en una época en que Frank Sinatra empezaba a cantar, de modo que pensaba que ella producía el mismo tipo de reacción, y cuando llegaban estas salvas de aplausos, las tomaba como signos de aprobación de algunos tremendos “tour de force” vocales, y todo esto le encantaba. Muchas veces hacía parar la música, hacía una reverencia, y a continuación retomaba la interpretación.
P. ¿En ese tiempo, debió de verse obligada a compararse con otras divas serias de la escena operística?
R. Oh sí, naturalmente debía de hacer comparaciones, pero pienso que no podía oír su propio trabajo con un sonido adecuado, y esa es una de las características de su canto. Ahora sé que en algunas ocasiones, estando en casa con distintos invitados, ponía dos discos distintos para hacer una votación sobre cuál era el mejor. Podía poner The Bell Song por ella misma y por Galli-Curci, repartir pequeños papelitos y se suponía que debías de votar por la mejor interpretación. Por supuesto, todos los invitados votaban por ella, de tal manera que en una ocasión en que alguien votó por Galli-Curci la Señora dijo, “¡cómo puedes confudirlo! ¡mi voz es más completa que esa! De modo que ella no oía los atroces sonidos que allí había. Solía sentarse plácidamente a escuchar durante horas sus grabaciones.
P. Creo que para mucha gente la idea que tienen de sus apariciones se refiere a la que hizo en el Carnagie Hall. ¿Podría contarnos alguna de las estrafalarias características o alguna de las cosas especialmente interesantes que sucedieron durante la actuación?
R. Sí. Creo que su actuación en el Carnagie Hall es la cosa más extraordinaria que allí se ha producido. Yo debía de tocar para ella esa noche y cuando me aproximé al local apenas podía llegar a las inmediaciones debido a la enorme multitud que llenaba las calles que van al Little Carnagie y las inmediaciones de la Sétima Avenida, de forma que casi no podía atravesarlas. Había que identificarse para poder entrar, y en el interior había un récor de audiencia. Era como si la gente colgara de las vigas después de haber ocupado cada centímetro de la superficie útil del vestíbulo. Cuando salió a cantar un grupo de temas ingleses, apareció vestida con un corto disfraz de pastora sosteniendo un cayado de pastora, y el jaleo que se formó fue tal que fue preciso esperar cinco minutos antes de que callaran y pudiera empezar a cantar. Después el concierto siguió con el aplauso más ruidoso y cerrado que haya podido escuchar, nunca he visto escena igual, ni en una corrida de toros ni en la Super-Bowl después de un touchdown vencedor. Cuando ella cantó Clavelitos, una famosa actriz tuvo que ser sacada de su palco debido a un ataque de histeria.
P.¿ Desde que la Señora Jenkins murió, ha habido muchos intentos de imitarla por parte de otros cantantes menos cualificados, o menos sinceros de lo que ella era, en ese tipo de arte vocal?
R. Oh sí. Tal baño de gloria como el que ella podía recibir de la audiencia es ciertamente una tentación para cualquiera, y muchos lo han intentado dando recitales estudiadamente disonantes en el Ayuntamiento y otros lugares, o intentado hacer la música igual de divertida, pero no han tenido éxito, sola han conseguido tener una noche deprimente, y la razón es que no eran sinceros en su esfuerzo como lo era la Sra. Jenkins. Ella es inimitable, muchos lo han intentado pero sin éxito.
Publicado por manuel larios 0 comentarios
16 dic 2008
Glenn Gould Chair
Publicado por manuel larios 0 comentarios
Darksound triunfan en Londres pero no ganan el GBOB
Publicado por manuel larios 0 comentarios
15 dic 2008
Darksound ya están en Londres.
Se puede seguir el desarrollo de este concurso de grupos en la página http://www.gbob.com/
Un pequeño inconveniente es que en el 2004 ya ganó un grupo español, y en estos concursos es sabido que se les va dando cancha a todos los países.
En el diario Público, aparece una crónica y una breve entrevista a Pedro Wichard, su cantante.
Publicado por manuel larios 0 comentarios
12 dic 2008
La silla de Glenn Gould.
Glenn Gould dio su primer concierto público a la edad de quince años pero a los treinta y dos decidió no volver a actuar en público dedicándose por entero al mundo de las grabaciones fonográficas. Era un ferviente partidario de las nuevas tecnologías y disfrutaba buscando la perfección en los estudios de grabación. Su comportamiento al piano era de lo más extraño. Mientras que la mayoría de los pianistas se preocupan sobre todo de conseguir colocar su banqueta a la altura exacta para conseguir una correcta postura de sus manos, Gould Utilizaba una silla desvencijada que trasladaba de un lugar a otro, silla que hacía que, al agacharse cuando tocaba, su nariz casi diera en el teclado. También tenía la manía de canturrear al tiempo que tocaba, lo que imagino debería de volver locos a los técnicos de sonido que pretendían sacar los sonidos de las cuerdas de su piano sin que se escuchara su desagradable voz.
Habiéndose retirado de los escenarios en sus últimos años, los videos que podemos encontrar en YouTube de este genial pianista son una fuente inestimable para recordar su maestría. En la entrada que colocamos aquí se puede escuchar también los demás movimientos de la Partita número 4, pinchando en los sucesivos enlaces.
No concibo otra forma de tocar el cielo que tener las manos de Glenn Gould y tocar Bach de la forma que él lo hacía.
Publicado por manuel larios 0 comentarios
11 dic 2008
Compositores del siglo XXI: Eduardo Soutullo
Eduardo Soutullo es un compositor que acaba de cumplir los cuarenta años. Una de sus composiciones se titula “Had you said spectral?”, una ironía sobre las preguntas que se hace la gente tratando de clasificar a los músicos y a la música. Más bien se define como un compositor modal, o lo que es lo mismo, más conservador.
“Es una especie de broma. Muchas veces, tras un concierto, me han preguntado si utilizo técnicas del espectralismo francés. Yo respondo eso: ¿Ha dicho espectralismo? Y es que, a pesar de mi admiración por la obra de este compositor, me siento más próximo a la estética del post-espectralismo y del "neo-modal". Es una música muy envolvente, de atmósfera, pero más intuitiva y tradicional”. Ha dicho en una entrevista concedida al Faro de Vigo en marzo del año pasado.
Publicado por manuel larios 0 comentarios
10 dic 2008
Manu Katche, batería y percusión.
Publicado por manuel larios 0 comentarios
5 dic 2008
¡Vaya blog!
Discos bizarros Argentinos.
Su autor lo presenta así:
Publicado por manuel larios 0 comentarios
Música y sociedad
" ¿Se imaginan un país en el que se pusiera de moda renunciar a toda forma de beneficio poco honesto, donde el machismo no se cobrase una sola víctima, donde las diversas comunidades y lenguas se exigiesen unas a otras lo mejor de sí mismas, en vez de replegarse sobre un sacrosanto simulacro de identidad? Ese país sólo existe en las canciones. En las canciones que todavía no existen. Pero es el único que reconozco como propio". Santiago Auserón. El País (20/9/2008).
Este mundo burgués es visto hoy día con cierto recelo por una población que está cada día más inmersa en una aldea global, según el acertado concepto creado por el sociólogo canadiense Marshall McLuhan, siendo consciente de su globalidad pero que se olvida de que es una aldea, ignorante de que el abandono de hábitos burgueses, en lugar de conducir a su superación en algo mejor, está derivando hacia una decadencia, concepto este último que también es una constante de nuestra cultura burguesa. De la misma manera que los promotores de la nueva cultura utilizan siempre la palabra globalización, podrían hacer uso de ruralización como concepto ligado a la caída del Imperio de Occidente, como ya sucediera en el siglo V por empuje de las hordas bárbaras, producido ahora por el empuje imparable del consumismo, no como hábito económico, sino como concepto cultural que domina ya todo el mundo social, como cuando se dice que un disco se ha lanzado al mercado o que ha vendido mucho, en lugar de decir que el autor ha creado una obra o que ha obtenido determinado éxito. Esta pasión por el éxito comercial está detrás del último movimiento detectado en la música popular de consumo: el público está dejando de lado la música para atender a los éxitos deportivos; como ya anunciara con clarividencia Santiago Auserón en El País. Por cierto, he buscado el artículo en la red y he comprobado con satisfacción que ha tenido mucho éxito y que aparece trascrito en muchos blogs.
El rechazo que sufre la música clásica entre parte del público se debe a mi entender a dos motivos principales. Uno, musical, deriva de la falta de preparación del oyente para hacer frente a relaciones musicales que son más complejas que la simple reiteración de esquemas simplones. El otro está en el terreno de las identidades. Nadie se identifica hoy día con los burgueses centroeuropeos que asistían a las “Schubertiadas”, en las que veían un reflejo de su mundo romántico, el sustrato propio de los jóvenes de clase media del siglo XIX.
Publicado por manuel larios 0 comentarios
4 dic 2008
Manuel de Falla: Nana (de las 7 canciones españolas) Rudolf Kölman
Publicado por manuel larios 0 comentarios
1 dic 2008
Lizz Wright.
Cristina, que afrontó el imposible reto de enseñarnos algo de portugués nos dio a conocer esa canción a dúo entre Dulce Pontes y Waldemar Bastos, (a quien no conocíamos), que pusimos más abajo.
Ahora es María quien nos manda esta pequeña joya que nos descubre una nueva cantante: Lizz Wright, que acaba de cantar en Barcelona. Un vozarrón del góspel que canta jazz y es cantautora. Además una ecléctica de las que gustan en “todas las músicas”. ¿Quién se iba a imaginar a una afroamericana cantando Old Man que al fin y al cabo es una canción country? Una versión extraordinaria. Seguro que le ha gustado también a Neil Young.
Publicado por manuel larios 0 comentarios