Finalmente la Orquesta de
Extremadura ha vuelto. Es verdad que tan rebajada como la deuda nacional en la
calificación de Standard and Poors, es verdad que en el camino se han quedado
algunos, pero lo principal, en estos tiempos de congoja, es que la orquesta
sigue. No ha sido poco lo que ha pesado la indignación clara del público que
veía cómo la ciudad se quedaba sin el único espectáculo decente que le quedaba
y que ha manifestado en distintas circunstancias su malestar y su negativa a
perder la orquesta. Atrás ha quedado la inmerecida campaña del Presidente
contra el anterior director, Jesús Amigo, que ha hecho de ésta una gran
orquesta a nivel nacional y que en lugar de agradecérselo lo han echado como si
fuera un “chorizo”. Con el dinero que se han ahorrado harán espectáculos
políticos, en lugar de musicales, como esos premios Ceres que, según cuentan
por ahí, en una noche se han gastado casi un millón de euros, o sea un tercio
de lo que costaba la orquesta durante todo el año cuando jugaba en primera
división. Esos son los recortes que nos hacen al presupuesto: quitárselo a la
cultura, la educación y la sanidad para dárselo a las empresas amigas y
sufragarse ellos la campaña política permanente. El recorte en la orquesta ha
sido importante. Además de que los músicos se han tenido que contentar con una
rebaja sustanciosa de sus sueldos y de su jornada de trabajo, se ha buscado un
repertorio que permita usar un contingente orquestal bastante reducido, como
las sinfonías mozartianas, propias de orquestas cortesanas con pocos efectivos.
En este terreno hemos pasado, por resumirlo en solo una frase, de Mahler a
Mozart.
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Cuentan que cuando Beethoven
recibía noticias de un concierto en el que se interpretaba una obra suya y al
que no había acudido solía preguntar: ¿Cómo fueron los tempi? Tenía horror de
que sus obras se tocaran demasiado lentas. No fue así anoche. Lo primero que
tenemos que decir es que nos parece que Álvaro Albiach estuvo acertado en ese
terreno. Algunos directores hacen la trampa de tocar la obra en un tempo algo
más lento, con lo que se garantizan que la interpretación sea más perfecta,
pero no fue ese el caso anoche. También nos gustó el sonido de la orquesta,
aunque tenemos el problema que siempre hemos tenido con los metales y la
percusión en el Auditorio “Manuel Rojas”: suenan mucho más los agudos que los
graves y los metales más que las cuerdas. En mi opinión falta madera en los
revestimientos del auditorio y sobran cristales y metales, (aunque aparte de
eso la acústica del local es muy buena y la orquesta se escucha por igual en
toda la sala). Personalmente me gustó
menos el uso que Albiach hizo de las dinámicas, creo que faltó un poco de
sutileza en los “pianos” para que los “fortes” sonaran más contundentes. El no diferenciar
bien las dinámicas hace que la música suene más plana, más monótona y que se
pierda un elemento expresivo muy importante. La “Heroica” de Beethoven era el
plato fuerte de anoche y se pasó la prueba con éxito. Disfrutamos mucho de esos
pasajes fugados que conmueven tanto en el maestro de Bonn.
Pero no vamos a ponernos excesivamente
críticos precisamente el primer día y vamos a esperar que la orquesta aún nos
proporcione muchas noches de buena
música con la que nos quitemos de encima alguna de las muchas cuitas con las que
la vida pública de este país nos atormenta últimamente.
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P.D. No presumimos de ser más que
nadie, pero si se hace una búsqueda en google se puede comprobar que
ningún medio comenta el concierto de anoche. Así que no se nos negará que somos
los primeros.
1 comentario:
Una noticia muy buena! Y que siga así con el renovado espíritu que le dará seguro su nuevo director Álvaro Albiach.
Un abrazo!
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