Decíamos en la entrada anterior que: ”La historia del desarrollo medieval de la música es uno de los episodios más curiosos de la historia de la estética, porque para poder avanzar en su camino se ve obligado a utilizar algunas argucias”. Las dificultades para innovar en el canto se debían a la política seguida por la Iglesia que tenía dos objetivos, según Giulio Cattin (Historia de la Música, 2. El Medioevo, primera parte, Turner Música, 1987), por un lado pretendía que todos los ritos siguieran al romano y por otro lado: “la certidumbre de que éste había sido sugerido a San Gregorio Magno por inspiración divina confería un carácter sacro a tal repertorio, siendo la actitud de autoridades y cantores hacia el mismo la de seguir el lema: ne varietur. (No variar nada)”
El resultado de esta política
fue el triunfo de la ortodoxia vaticana que adopta la forma en lo musical del
canto gregoriano. Toda la tradición que incluye a San Gregorio (540-604) en
este asunto es una narración de la Iglesia que no tiene ninguna base. Afirma
Giulio Cattin en su libro: “en lo que respecta a Gregorio, ningún texto que le
pertenezca, ni otras fuentes cronológicamente cercanas al mismo, prueban una
intervención directa del pontífice en relación a la música. La creación de la
tradición que presenta a Gregorio como autor de las melodías gregorianas se
produjo de forma gradual”. “Tres siglos de tiempo para crear el mito de
Gregorio, según la costumbre que tiende a situar bajo la égida y el nombre de
personajes famosos una actividad pluriforme y prolongada en el tiempo”.
Antes de la intervención de
los reyes francos en el siglo IX, (en especial de Carlomagno), no se crea el
canto gregoriano unificado. Antes de esa época lo que existen son varias
tradiciones litúrgicas que incluyen diferentes formas de canto con ritos
propios distintos de unas regiones a otras, siendo éstos los siguientes:
- - el canto greco-bizantino
- - el canto romano antiguo (o paleorromano)
- - el canto ambrosiano (o milanés)
- - el antiguo canto aquileyense y beneventano (también en Italia)
- - el antiguo canto hispano (mozárabe y galicano).
El canto mozárabe se
corresponde con la liturgia visigótica y pervive en la península ibérica
después de la dominación musulmana, de ahí su nombre de mozárabe (propio de
cristianos en tierras de moriscos). Dura hasta el siglo XI, cuando el canto
gregoriano se ha extendido a todas las iglesias europeas y Alfonso VI lo
impone, aunque se tolera en las zonas dominadas por los musulmanes. Se piensa
que la música Andalusí tiene elementos traídos de Oriente mezclados con
elementos autóctonos que ya estarían presentes en el canto mozárabe, de manera
que podemos decir que la mozárabe es la primera música culta de que tenemos
constancia en España.
La pervivencia del canto
mozárabe se ve amenazada por el predominio que la jerarquía católica da al
canto gregoriano unificado para toda Europa, pero también debido a que su
notación, al ser muy antigua, no distinguía la altura tonal, por lo que las
notas no quedaban escritas. Esta notación era solamente de las llamadas
nemotécnicas y servía para recordar el canto a los cantores que previamente lo conocían.
Luego, empezó a ser notado en
el siglo XI y en el siglo XVI se escriben en notación cuadrada los cantos que
para entonces se conservan, pero esta labor, dirigida por el Cardenal Cisneros,
llega demasiado tarde y parte de las características propias del canto mozárabe
ya se habían perdido.
La confusión que se produce en
su transmisión llega hasta nuestros días. Mucha de la música que aparece en
YouTube como canto mozárabe no es sino canto gregoriano común. Hay que rastrear
algún intento más informado para poder escuchar el auténtico canto mozárabe tal
como nos ha llegado hasta nuestros días, como en estas grabaciones de la Misa
mozárabe de Santa Eulalia de la Capilla Gregoriana del Santísimo Cristo del
Calvario de Mérida que interpreta una Reconstrucción de la Misa Mozárabe de
Santa Eulalia de Mérida.
El interés actual de esta música
reside en que en ella se esconden los orígenes más recónditos de la tradición
musical hispana.