La música puede adoptar
distintas formas, se puede manifestar de maneras diversas, dependiendo de la
clase de materiales que utilice. Los materiales de la música son muy
diversos. El ritmo, el timbre, melodía,
armonía, ya sabes. Se puede entender la música de muchas maneras, pero no hay
una forma establecida de hacerlo. Para Aristóteles la música no era más que uno
de los elementos del drama teatral, junto con la trama, la actuación de los
actores, la puesta en escena, el ritmo poético y la expresión de los
sentimientos mediante la palabra. Musiké, el arte de las musas, iba siempre
ligado a algo: la actuación, la danza, la expresión de los aedos. Platón
pensaba que la música podía destrozar la educación de la juventud sino era la
adecuada. Había unos modos que tenía un “ethos” apropiado y otros que era mejor
no escucharlos, que te podían llevar a la perdición, sólo por la colocación de
las notas en la melodía, los intervalos y los ritmos utilizados. En la edad
media, Platón tenía mucho predicamento y la música sólo existía para mayor
gloria de Dios, lo demás eran cosas del diablo. En fin, para no seguir
aburriendo a las piedras, diremos que la música además de unos sonidos, supone
una actuación, una puesta en escena y además un entorno en el que se integra y con
el que colabora en su definición. La música define entornos diferentes según su
origen y estilo. Los músicos de Gospel forman parte de la música y toda la
comunidad se ve involucrada en la música, no sólo como espectadores, sino
también cantando, bailando, expresando mediante gritos la comunión entre los
fieles y la divinidad, etc. La ópera refleja a las clases sociales altas.
Aunque nuestras sociedades modernas hagan loables esfuerzos para permitir a
gente de todas las clases sociales acceder a este arte, en sus orígenes era una
forma de diversión creada para los reyes y la nobleza, primero en Italia y
luego en el resto del mundo, a la que no
accedían las clases bajas. Después se convirtió en una costumbre burguesa, pero
pocas veces la gente de clase trabajadora se han emocionado con el llanto de
Orfeo por la pérdida de su amada Eurídice.
La intención, los instrumentos, el sistema musical utilizado son tan
variados como las características antropológicas de las personas implicadas:
compositores, músicos, oyentes, etc. De
modo que no hay una forma establecida de hacer música, sino muchas, por eso
aquí nos gusta prestarle atención a todas las músicas.
Christian Wolff es un
compositor de setenta y nueve años, un norteamericano nacido en Niza, de padres
alemanes, probablemente judíos, que huyeron de la Alemania Nazi en 1941. Sus padres
eran editores de la mejor literatura alemana en EE.UU. pero hicieron una
edición del “I Ching” que Christian Wolff regaló a John Cage y a partir de
entonces, Cage no dejó de hacer música valiéndose de los resultados aleatorios
que obtenía a través del libro chino. Wolff tuvo una educación musical
convencional aunque autodidacta. También estudio a los clásicos de la
literatura en Harvard, donde se hizo un experto en la obra de Eurípides. Pero
se dedicó a la música desde muy joven. En los años sesenta colaboró con Frederic
Rzewski y Cornelius Cardew, dos compositores de la vanguardia que, como él,
mantenían un importante compromiso político. Perteneció al entorno de John Cage
y trabajó improvisando música y danza con Merce Cunningham. Sin embargo lo que más le dio a conocer entre
el público fue que el grupo de rock alternativo Sonic Youth grabara algún tema
suyo en el disco “Goodbye, 20th Century”.
La obra Stones de Wolff es una
composición textual. Quiere esto decir que en lugar de partitura la composición
no es más que unas indicaciones para que el músico improvise con los sonidos
que se producen al manipular cantos rodados y piedras. El texto de la composición es el siguientes:
Make
sounds with stones, draw sounds out of stones, using a number of sizes and
kinds (and colours); for the most part discretely; sometimes in rapid
sequences. For the most part striking stones with stones, but also stones on
other surfaces (inside the open head of a drum, for instance) or other than
struck (bowed, for instance, or amplified). Do not break anything.
Y una traducción al castellano
podría ser la que sigue:
Haga sonidos con piedras, extraiga
el sonido de las piedras, utilizando diferentes tamaños y tipos (y colores); la
mayor parte del tiempo discretamente, a veces en secuencias rápidas. La mayor
parte del tiempo golpeando piedras con piedras, pero también usando otras
superficies (el interior de la cabeza abierta de un tambor, por ejemplo) u
otras formas de golpear (inclinada, por ejemplo, o amplificado). No rompa nada.
La obra requiere de una gran
disposición del intérprete a la espontaneidad y a una forma de entender la
música basada en la sencillez y las dotes de improvisación. Hay por ello varias
muestras de la obra en YouTube que ofrecen formas diferentes de afrontarla.
Existe una filmación presentada por el compositor realizada en Trondheim (Noruega) el 5 de Junio de 2012 en Gråmølna, interpretada por Kyrre Laastad, Tor Haugerud, Michael Duch y el propio Christian Wolff, que es la que ofrecemos más arriba. En un ambiente aparentemente universitario, los músicos interpretan la pieza creando ambientes sonoros interesantes que se manifiestan en un variado abanico de sonoridades, como pedía el autor y algunos logros tímbricos, como el hacer pasar una piedra por una lancha rugosa que produce un sonido continuo que nos lleva a escuchar sugerentes bloques sonoros.
Existe una filmación presentada por el compositor realizada en Trondheim (Noruega) el 5 de Junio de 2012 en Gråmølna, interpretada por Kyrre Laastad, Tor Haugerud, Michael Duch y el propio Christian Wolff, que es la que ofrecemos más arriba. En un ambiente aparentemente universitario, los músicos interpretan la pieza creando ambientes sonoros interesantes que se manifiestan en un variado abanico de sonoridades, como pedía el autor y algunos logros tímbricos, como el hacer pasar una piedra por una lancha rugosa que produce un sonido continuo que nos lleva a escuchar sugerentes bloques sonoros.
Otra, más primitiva, como
asegura alguno de los comentarios (con intención claramente ofensiva), es la
realizada por Anton Lukoszevieze en el Donaufestival de Krems en Austria en 2007.
No deja de ser interesante el planteamiento de ésta. Un tipo descalzo, con ropa
cómoda y un multicolor sombrero de lana, está sentado sobre un montón de grava,
piedras en forma de cantos rodados de esos que se extraen de las canteras en
los ríos y se utilizan en construcción para hacer el hormigón, por ejemplo. Del
montón de piedras va cogiendo algunas y las hace sonar chocando unas con otras.
Cambia de piedras, cambia de ritmo y finalmente cambia la forma de crear los
sonidos, rascando una con otra en lugar de golpearlas, haciéndolas chocar en el
aire, o tirándolas al suelo en montoncitos.
En otra grabación, este mismo
intérprete se vale de unas pocas piedras colocadas encima de una mesa y una
gran tulipa o plafón de vidrio traslúcido, esmerilado, de las que se utilizan
para tapar la lámpara de una luminaria. Al frotar las piedras con la tulipa Anton
Lukoszevieze consigue unas sonoridades bastante originales.
Otra diferente es la que
ofrece el “Ensemble Für Intuitive Musik” de Weimar en el XXV “Tage Neuer Musik
in Weimar”. Aquí los intérpretes se muestran de una forma más convencional,
vestidos como un grupo de profesionales músicos de percusión, que realizan sus
gestos con una clara intención de precisión y elegancia, imbuidos de un
evidente perfeccionismo académico. Si bien, en el fondo, su resultado no
difiere en gran medida de los que ya conocíamos.
Incluso el dúo formado por
Marianne Baudouin Lie y Michael Duch realizan, también en Trondheim, una
versión del tema para violonchelo y percusión en la que la violonchelista
utiliza las piedras para frotarlas con las cuerdas del instrumento para
producir nuevos sonidos.
Tengo una grabación en audio
de la pieza (versión que no aparece en
YouTube) en la que se oyen apenas unos pocos chasquidos y roces de piedras
entremezclados con segundos, e incluso algún minuto, de silencio total. Una
versión muy minimalista, al estilo LaMonte Young.