La anterior entrada sobre Luciano
Berio puede haber dejado en algún lector la impresión de que el maestro
italiano se dedicó exclusivamente a estos experimentos vocales. Nada más lejos
de la realidad. Precisamente titula Tomás Marco el pequeño ensayo sobre el
compositor: “Luciano Berio y la síntesis del siglo XX”. La inventiva del
italiano no tenía límites, incluso superaba las clasificaciones establecidas
sobre la música: música culta, música popular, rock. Para él cualquier estilo
era válido si la música era lo suficientemente interesante. Así, para su primera
mujer, la soprano Cathy Berberian, compuso los famosos Folk Songs. Trabajó con
la orquesta, con la electrónica, la música de cámara y los instrumentos
solistas. No en vano, quiso ser pianista hasta que las heridas sufridas durante
su participación en la resistencia contra los nazis le impidieron continuar
por ese camino, decidiendo desde entonces dedicarse a la composición.
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