El estilo rítmico entrecortado de Thelonious Monk es único. Se basa en una línea melódica que es la consecuencia de una economía extrema. A menudo comparo esta forma melódica con la que utilizaba al cante Paco Toronjo en sus últimos años. Los fandangos son un cante andaluz, propio de Huelva, que puede ser flamenco o no, según el estilo de quien los interpreta. En todo caso, suele presentar una marcada tendencia hacia los melismas, es decir, la línea melódica básica está muy adornada con numerosas notas de paso que se encajan entre las notas que podemos llamar básicas de la melodía. Así cantaba Toronjo los fandangos cuando era joven. Sin embargo en su vejez, esos complicados melismas que a menudo se hacen con saltos importantes en la altura de las notas y exigen poseer una gran habilidad a quien los canta, eran muy difíciles para un hombre mayor con la voz muy gastada. Supongo que de forma progresiva e intuitiva, Toronjo fue eliminando melismas, hasta que al final de su carrera sólo cantaba las notas fundamentales de la melodía. Esto, que parece muy fácil, pone de manifiesto que Toronjo tenía una gran inteligencia musical, pues se trata de una cuestión de economía en la que se da prioridad a una parte sobre el resto de la línea melódica y que requiere de una toma de decisiones en la que se juega la permanencia de lo que podríamos llamar el sentido de la melodía o su disolución en otra diferente, seguramente menos eficaz. De hecho, se trata de utilizar medios limitados inteligentemente, lo que es mucho más atractivo que el simple derroche de facultades que proporciona un cuerpo joven y poderoso.
Tal vez en el caso del pianista
de jazz Thelonious Monk se daban algunas circunstancias parecidas a las que
hemos mencionado en el cante de Toronjo. Cuentan las crónicas, véase la entrada
de la Wikipedia, (a ser posible en la versión inglesa), que Thelonious Monk no
fue un pianista con una carrera al uso. Si bien su familia se trasladó a Nueva
York y tuvo un apartamento en una zona agradable de la ciudad, (243 West 63rd
Street, zona hoy llamada Thelonious Monk circle), cerca de Broadway y del
Central Park, justo en las traseras del Lincoln Center y la Julliard School of
Music, donde vivió toda la vida, lo que nos hace pensar que pertenecía a una familia con posibles, su educación musical no fue la mejor para un
pianista. Dicen que aprendió de las clases que recibía su hermana pero fue
siempre un autodidacta, ni siquiera se graduó en la prestigiosa High School en
la que estudió: la Stuyvesant High
School. Su adolescencia la pasó acompañando a un predicador
evangelista que recorría el mundo para transmitir la palabra de los evangelios
adornada con el órgano de iglesia del joven monje (Monk). Conociendo su música
posterior, es fácil imaginar la huella que ese trabajo dejó en su técnica al
piano, trabajo en el que acompañaría los recitativos del pastor con series de
acordes entrecortados de forma similar al recitativo seco del barroco de las
primeras óperas. Hacia los veinte años de edad empezó a sustituir el órgano por
el piano y a frecuentar locales donde se tocaba jazz. Gustaba de pianistas como
Duke Ellington que destacaban más por sus ideas musicales más que por su
habilidad técnica. Su paso por el Minton’s Playhause le sirvió para estar entre
los pioneros del be-bop, aunque muchos de aquellos músicos que participaban en
sus jam sesions han afirmado que Monk era más una fuente musical para todos que
alguien que tomara prestadas las influencias de otros.
Siempre me llamó la atención la
poca presencia de Monk en las grabaciones clásicas de aquellos años.
Recientemente he sabido de un episodio que pudo estar en el origen de ello. En
una redada policial se negó a acusar a Bud Powell, quien sí era consumidor
habitual de narcóticos, por lo que la policía detuvo a Monk. Le prohibieron
tocar en locales donde se dispensara alcohol y tuvo que tocar fuera de los
circuitos habituales durante la primera mitad de los años cincuenta. Después
vendría el reconocimiento público y las colaboraciones con John Coltrane,
Johnny Griffin y las giras que hizo en los años sesenta con el saxo de Charlie
Rouse.
Además de ser un autodidacta y de
haber sido apartado de los escenarios donde se desarrollaba el jazz a
principios de los años cincuenta por medio de una prohibición policial, hay una
tercera circunstancia que hace de Monk una personalidad diferente: padecía una
enfermedad mental. En la Wikipedia inglesa se menciona este suceso, por lo que
lo traducimos aquí:
“El documental “Thelonious
Monk, Straight, No Chaser” (1988), atribuye el comportamiento estrafalario de
Monk a una enfermedad mental. En la película, el hijo de Monk, T.S. Monk, dice
que su padre a veces no lo reconocía y afirma que Monk fue hospitalizado en
varias ocasiones debido a una enfermedad mental no especificada que se agravó
en la década de 1960. No hay informes o diagnósticos, o no se dieron a conocer nunca,
pero se sabe que a menudo Monk se volvía extremadamente excitado durante dos
o tres días, pasando después de estos periodos a un estado en el que se
retiraba y dejaba de hablar por completo. Los médicos recomendaron la terapia
por electro-chock como una opción de tratamiento para la enfermedad de Monk,
pero su familia no lo permitió, prescribiéndole antipsicóticos y litio en su lugar. Otras
teorías abundan en este tema. Leslie Gourse, autor del libro Straight, No
Chaser: la vida y el genio de Thelonious Monk (1997), informa que al menos uno
de los psiquiatras de Monk no pudo encontrar pruebas de depresión maníaca o esquizofrenia.
Otro médico sostiene que Monk fue mal diagnosticado y los medicamentos
prescritos durante su estancia en el hospital pudieron haber causado un daño
cerebral.
Debido a que su salud comenzó
a declinar, los últimos seis años de Monk los pasó como huésped en la casa de
Nueva Jersey de su antigua patrona y amiga, la baronesa Pannonica de
Koenigswarter, que también había atendido a Charlie Parker durante su última
enfermedad. Monk no tocó el piano durante todo este tiempo, (a pesar de que siempre
había alguien presente en su habitación), y habló con pocos visitantes. Murió
de un derrame cerebral el 17 de febrero de 1982 y fue enterrado en el
Cementerio Ferncliff en Hartsdale, Nueva York.”
De modo que tenemos un pianista con muy poca formación académica,
más bien autodidacta, un músico que en su adolescencia pasa horas tocando el
órgano en la iglesia y que, después de la II Guerra Mundial, está en la escena
en la que nace el nuevo jazz, el be-bop. Que es apartado de los circuitos por
una decisión policial injusta y que además sufre una grave enfermedad mental
que, tal vez, hace que su cerebro funcione de forma diferente al de la mayoría
de sus congéneres. No sé si todo esto habrá influido en la personalidad del
músico, (nunca lo sabremos), pero lo que sí es cierto es que se trata de uno de los músicos más
originales del jazz de la postguerra y lo más curioso: a pesar de que no era un
virtuoso del piano, sus mayores admiradores han sido siempre los músicos
profesionales.
En un curioso video de YouTube le vemos saludando a Teo Macero, (el que fuera productor de la CBS, el que produjo los mejores discos de Miles Davis), interpretando después "ugly beauty".
En el otro video, de la película Flamenco de Carlos Saura, vemos a Toronjo, que es el segundo que canta, con el peculiar estilo de cantar fandangos que desarrolló en su vejez.
3 comentarios:
Es cierto. Se parece el cante de Toronjo a la forma de tocar el piano de Monk.
Buena entrada, Manolo. No la había visto, me ha encantado.
Me alegro, porque comparar la forma de ejecución de estos dos músicos tan diferentes me ha venido interesando desde hace tiempo. Por eso me documenté un poco sobre Monk.
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