Desde mi ignorancia más absoluta propongo la adjudicación del título de “patrono de los diletantes” a la figura egregia de Vicente Verdú. Los que mantenemos una guerra sin cuartel contra la estupidez defendemos la ignorancia como una especie de limpieza de la inteligencia. Como aquél que tenía una mente muy clara porque no albergaba conocimiento alguno. Nada tiene que ver la ignorancia con la estupidez. Se pueden tener muchos conocimientos de ciertas materias y ser un estúpido redomado. Todos conocemos ejemplos de esto. Para los budistas, la meditación consiste en vaciar la mente de pensamientos para alcanzar un estado de clarividencia absoluta. Lo malo es llenarse la cabeza de basura.
9 oct 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario