Respecto de esta grabación de Sonny Rollins dice Michael Crutcher en YouTube:
Cuando Ornette Coleman apareció en escena en 1959, hizo
que gran cantidad de músicos hicieran un examen de conciencia. Uno de ellos fue
Sonny Rollins. Siempre un artesano serio, después de su inicial carrera explosiva llena de éxitos,
Rollins pasó los primeros años sesenta en silencio, dedicado al
perfeccionamiento de su arte y al trabajo en las bandas de Ornette Coleman y de
John Coltrane.
He aquí un ejemplo de esa época con Don Cherry soplando en la trompeta.
Acerca de este video: "52nd Street Theme". Grabada por la
televisión italiana, en 1963
Sonny
Rollins Quintet:
Sonny Rollins - saxo tenor y líder
Don Cherry - trompeta
Henry Grimes - bajo
Billy Higgins - batería
En 1959, Rollins realizó una larga pausa en la grabación
de su música. Yo había oído que una de las cosas que contribuyeron a ello fue estar
expuesto a la música de Ornette Coleman que causó que una gran cantidad de
músicos consumados, incluido John Coltrane, dieran un nuevo giro a su arte.
Aquí está después de aquel período con tres de los acompañantes
de Coleman.
Sobre aquella época y la famosa anécdota del puente,
Sonny Rollins dijo lo siguiente:
"En los años 50 y 60, Lucille y yo teniamos un
pequeño apartamento en Grand Street en el Lower East Side de Nueva York. Fue un
tiempo agradable. Yo tenía un montón de amigos allí y me dio la bienvenida
la gente del barrio. Como la mayoría de Nueva York, el Lower East Side ha
experimentado mucho aburguesamiento, pero en aquel entonces, era un lugar mucho
más étnico.
Empecé a practicar en casa porque necesitaba hacerlo, pero
me sentía culpable porque soy una persona sensible y sé que la gente necesita
tranquilidad en sus apartamentos.
Yo estaba caminando por la calle Delancey un día, no muy
lejos de donde yo vivía en Grand Street y me acaba de parar a mirar hacia
arriba para ver lo que me quedaba por andar. Y allí, por supuesto, estaba el
puente, el puente de Williamsburg. Aquella
enorme construcción volando sobre el East River. No había nadie allí. Así que
empecé a caminar justo enfrente del puente y pensé: "Wow. Esto es lo que
he estado buscando. Este es un sitio discreto. Puedo soplar mi saxo tan fuerte
como quiera." Debido a que los barcos pasan debajo, y el metro cruza aquí,
y los coches, yo sabía que era perfecto,
pura casualidad. Entonces, comencé a acudir hasta allí con mi saxo con
regularidad. Permanecía 15 o 16 horas al día en primavera, verano, otoño e
invierno.”
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