Después de leer la monografía de Ulrich Dibelius sobre “la música contemporánea a partir de 1945”, uno pensaba que la “Música experimental” de Michael Nyman sería una prolongación en el tiempo de una música que se iniciaba en Cage y seguía hasta nuestros días. Mi sorpresa ha sido comprobar que no se trata de eso. Cuando los americanos (1) hablan de música experimental no se refieren a lo mismo que Ulrich. El término música contemporánea, que tiene una validez cronológica, podemos decir que es común a un lado y otro. Sin embargo cuando los americanos usan el término “música experimental” se refieren a una música que no es equivalente a la “música de vanguardia”, que es como lo llaman los europeos, (asumiendo el término militar francés de avant garde). Y no son equivalentes porque se refieren a cosas distintas.
- La música experimental americana está basada en una superación de los postulados modernos. Es lo que en las artes plásticas se conoce como arte posmoderno. De hecho John Cage estuvo encuadrado en el grupo Fluxus cuyos componentes eran mayoritariamente artistas plásticos que hacían un arte post conceptual, enfrentados al mundo del expresionismo abstracto que representaba la última oleada de la modernidad. En Fluxus estaba Yoko Ono y el artista alemán Wolf Vostell, que tiene un museo en Malpartida de Cáceres, aunque tal vez, los más destacados fueron el alemán Joseph Beuys y el coreano Nam June Paik. Esta música se manifiesta a través del grupo de Nueva York: John Cage, Morton Feldman, Christian Wolff y Earle Brown, principalmente, y tiene algunas ramificaciones en Inglaterra, como el propio Michael Nyman.
- En Europa dominaba un sistema musical que no había renunciado, (aún no la ha hecho), a los postulados de la modernidad. Entre esos postulados está el rigor, la disciplina y la precisión. El mundo musical europeo está bajo el influjo de la vida académica de la universidad y el conservatorio. El sistema musical puede cambiar de forma dramática, como ha sucedido con el serialismo, hijo del sistema dodecafónico de Schoenberg, pero esto no es más que una nueva disciplina, un nuevo rigor, basado en la precisión como lo fue el sistema tonal. Fuera del rigor no existe música culta en Europa. Tampoco se ha puesto en cuestión el sujeto del arte. La reivindicación anarquista de John Cage, propia de todo arte posmoderno, que niega el papel central del compositor y la subversión de la división del trabajo no tuvo éxito en Europa a pesar de que fueran europeos como Roland Barthes quienes vinieron a poner en cuestión la autoría en el arte.
- La música experimental americana está basada en una superación de los postulados modernos. Es lo que en las artes plásticas se conoce como arte posmoderno. De hecho John Cage estuvo encuadrado en el grupo Fluxus cuyos componentes eran mayoritariamente artistas plásticos que hacían un arte post conceptual, enfrentados al mundo del expresionismo abstracto que representaba la última oleada de la modernidad. En Fluxus estaba Yoko Ono y el artista alemán Wolf Vostell, que tiene un museo en Malpartida de Cáceres, aunque tal vez, los más destacados fueron el alemán Joseph Beuys y el coreano Nam June Paik. Esta música se manifiesta a través del grupo de Nueva York: John Cage, Morton Feldman, Christian Wolff y Earle Brown, principalmente, y tiene algunas ramificaciones en Inglaterra, como el propio Michael Nyman.
- En Europa dominaba un sistema musical que no había renunciado, (aún no la ha hecho), a los postulados de la modernidad. Entre esos postulados está el rigor, la disciplina y la precisión. El mundo musical europeo está bajo el influjo de la vida académica de la universidad y el conservatorio. El sistema musical puede cambiar de forma dramática, como ha sucedido con el serialismo, hijo del sistema dodecafónico de Schoenberg, pero esto no es más que una nueva disciplina, un nuevo rigor, basado en la precisión como lo fue el sistema tonal. Fuera del rigor no existe música culta en Europa. Tampoco se ha puesto en cuestión el sujeto del arte. La reivindicación anarquista de John Cage, propia de todo arte posmoderno, que niega el papel central del compositor y la subversión de la división del trabajo no tuvo éxito en Europa a pesar de que fueran europeos como Roland Barthes quienes vinieron a poner en cuestión la autoría en el arte.
Eso no quiere decir que no hubiera contactos. La amistad y el respeto mutuo que se profesaban John Cage y Pierre Boulez ejemplifican esos contactos, pero sus caminos eran divergentes. Europa llegó a interesarse por aspectos de la aleatoriedad propugnada por Cage, pero siempre como un elemento más que entraba a formar parte de la rigurosa partitura. También los experimentales americanos se interesaron por las series, pero, al final, no era ese su camino.
(1) Aunque Nyman es inglés, está entre las dos orillas, como suelen estar los británicos.
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