No me gusta hablar mal de países que no son el mío, especialmente de países a los que tengo aprecio, como es el caso de Portugal que es un país que aprecio por vecindad y porque lo conozco un poco. Pero es el caso que son los propios portugueses los que se quejan de su país. El premio Nobel de Literatura José Saramago habla en su blog del poco caso que se hace en Portugal a la figura de la gran pianista Maria João Pires, reclamando para ella un reconocimiento con motivo de sus sesenta años en los escenarios, (empezó cuando tenía cinco añitos). El caso es que después de mantener una fundación cerca de Castelo Branco, en Belgais, que contó con el apoyo de la UNESCO por su labor humanitaria, tuvo que dejar el país y establecer su residencia en Salvador de Bahía en Brasil, cansada del poco apoyo recibido de su país natal. Parece que en esto los portugueses, (como en muchas otras cosas), no son tan diferentes de nosotros. Peor para Portugal.
El propio Saramago vive en Lanzarote casado con una española y realizó unas polémicas declaraciones en las que pronosticaba que Portugal llegaría a establecer algún tipo de lazo común con España en el marco de la Unión Europea, en una especie de confederación ibérica. Idea esta del iberismo que siempre ha estado presente en el país vecino.
En cualquier caso, la música de Maria João Pires es universal y trasciende las fronteras, que para eso es música: un lenguaje universal.
El propio Saramago vive en Lanzarote casado con una española y realizó unas polémicas declaraciones en las que pronosticaba que Portugal llegaría a establecer algún tipo de lazo común con España en el marco de la Unión Europea, en una especie de confederación ibérica. Idea esta del iberismo que siempre ha estado presente en el país vecino.
En cualquier caso, la música de Maria João Pires es universal y trasciende las fronteras, que para eso es música: un lenguaje universal.
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