9 abr 2008

Política y espectáculo.


Cada uno tiene lo que se merece. Dice un viejo proverbio que pretende que el mundo es una balsa de aceite donde toda justicia se impone siempre. Esto no es cierto, desde luego. Pero algo de razón tienen siempre estas frases hechas, estos dichosos lugares comunes del lenguaje. En Badajoz se acometió la rehabilitación del teatro local: El López de Ayala. El proyecto contemplaba la rehabilitación del espacio central del teatro y la creación de salas dedicadas a ensayo, música de cámara, ballet, toda una serie de dependencias que tendrían por objeto el desarrollo de actividades culturales para la ciudad. ¿A quién le importa que haya actividades culturales? El teatro se rehabilitó, se abrió al público y esto permitió que se pudieran dar actividades culturales del tipo espectáculo. El resto de actividades quedaron olvidadas. Solo los gestores del teatro (el único consorcio creado por la colaboración entre Ayuntamiento del PP y Junta del PSOE), se han preocupado periódicamente por estas obras inacabadas porque ocasionaban goteras y otros inconvenientes a la zona de la cultura-espectáculo.
Han pasado quince años sin que ninguna administración se tomara la molestia de rescatar el proyecto y terminar las obras. Ahora, por fin, los amigos de Badajoz, (que son un grupo de amigos de aquí, de Badajoz, como su propio nombre indica), han denunciado este abandono. No siempre estamos a favor de los “amigos de Badajoz”, (aunque tengamos una alta estima por la amistad), pero en este caso pensamos que tienen mucha razón con lo que dicen.

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