Hey, hey, mama, said the way you move
Gonna make you sweat, gonna make you groove.
El riff que sigue a estos versos de Led Zeppelin es uno de los más impactantes que se han tocado en una guitarra. De hecho Jimmi Page era un guitarrista que venía de los Yardbirds, el grupo mítico del blues inglés de los sesenta. Eric Clapton, Jeff Beck, todos esos jóvenes músicos ingleses crearon un estilo a partir de la música de los negros sureños de los EE.UU., por lo tanto una música que nada tenía que ver con su tradición, un origen importado de un suelo extraño al suyo. A partir de ahí evolucionó el rock, al tiempo que lo hacía en América de manos de los Buffalo Springfield y grupos parecidos. Curioso episodio de transculturación éste. Porque incluso para los norteamericanos estas músicas de negros eran algo muy extraño a sus tradiciones. Una generación antes, a los negros que cantaban blues en el sur del país los colgaban de los árboles en cuanto se descuidaban. Así que aquella mezcolanza tan enriquecedora de los años sesenta fue algo muy distinto al panorama actual donde tan pocas relaciones se establecen, por ejemplo, entre la inmigración y los músicos europeos, salvo honrosas excepciones.
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