15 ene 2007


Desgraciadamente el oficio de redactor de necrológicas (¿se dirá necorólogo?) no acaba con el año nuevo. Si en Navidad murió James Brown, ayer desapareció Alice Coltrane, la que fuera mujer del genial saxofonista hasta su muerte, y el sábado el saxofonista Michael Brecker. El trabajo de necrólogo me tiene abrumado. No tiene fin: es un trabajo infinito.
Say it loud: I’m black and I’m proud.
James Brown fue el más famoso de los tres y el que más ha influido en las generaciones posteriores de músicos pop, especialmente en el rap y el hip-hop. Para algunos pasará a la historia por haber cometido atracos en su juventud, haber sido detenido por posesión de drogas y cosas de ese estilo. Mientras haya personas tan interesadas en la defensa de la moralidad seguirá habiendo delincuentes como James Brown que no tuvo ni la oportunidad de ir al colegio en su infancia. (Cosa que no preocupó demasiado a esos moralistas en su momento).
A love supreme
Alice Coltrane no pasó de ser una música discreta si la comparamos con Mcoy Tyner, (el que fuera eterno pianista del grupo), aunque tal vez influyó en el sonido del último John Coltrane, haciéndolo más experimental, abierto a múltiples influencias incluida la espiritualidad budista.
Michael Brecker
Más próximo a mi generación, he conocido su carrera casi desde los comienzos. Sus primeras grabaciones (con su hermano Randy en los Brecker Brothers) las conocí después, pero los discos de los Steps Ahead, al principio de los ochenta los compraba según se iban editando. Le recuerdo en esta banda de "treintañeros" junto con Mike Manieri al vibráfono, Peter Erskine a la batería, el contrabajo de Eddie Gomez y la encantadora pianista brasileña Elliane Elias, todos ellos tan discretamente glamurosos como su música. Después fue el saxofonista oficial de tantas grabaciones en el jazz o en el pop. Le he visto en actuaciones (en DVD) con Joni Mitchel, con Pat Metheny, con Chick Corea y tantos otros, que era ya como de la familia. Una pérdida.

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