19 ago 2006


Tristeza de amor.

Ya dije que este verano no iba muy bien. Primero vino la muerte de Ligeti y ahora me entero de lo de Hilario Camacho, habrá que ver en los próximos días que ha pasado si es que nos lo cuentan. Esto empieza a parecerse más a una necrológica que a un blog de música. Lo de Hilario Camacho es que me toca más en lo personal.

Soy un adolescente que acaba de llegar a la Universidad de Madrid en una época convulsa. La policía patrulla el campus a caballo y continuamente se producen razias. En el Colegio Mayor de mi primo los estudiantes de “teleco” han conseguido captar la frecuencia de la policía y la retransmiten por los altavoces de toda la residencia. Los fines de semana siempre hay actuaciones en los Colegios Mayores, sobre todo en el San Juan Evangelista y en el Pio XII. Allí frecuentamos a Rosa León, Luis E. Aute, Pablo Guerrero, pero a mí el que más me gusta de todos es Hilario Camacho, que ha sabido integrar la música de canta-autor con la nueva música rock de forma parecida a lo que está haciendo Bob Dylan. De tanto frecuentar estos ambientes los cantantes empiezan a ser como de la familia, como si pertenecieran a nuestro círculo de amistades. El otro día Pablo Guerrero después de la actuación se sentó con nosotros y sacó una bota de vino que nos fuimos repartiendo mientras comentábamos las últimas novedades del frente.
Han organizado un festival de música rock nada menos que en Burgos. Llegamos allí sin tener un sitio donde dormir y nos quedamos toda la noche en la ciudad que está en fiestas, con carruseles, churros y todas esas cosas propias de las fiestas. La gente nos mira muy mal a los melenudos, está muy enfadada con que se haya organizado esta algarabía en su ciudad. Las actuaciones de los mejores grupos del momento se suceden, allí están Tilbury de Madrid, la Orquesta Mirasol de Barcelona y tantos otros buenos grupos. Hilario Camacho ha llevado una buena banda y ha hecho una excelente actuación. Ese tema que canta “el peso del mundo es amor”, basado en el poema de Allen Ginsberg, (ese poeta beat de la saga de los “on the road” de Jack Kerouac), ese tema, digo, lo ha hecho como el blues que es y ha sonado muy bien en directo…
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La verdad es que ahora mismo me estoy interesando más por el Jazz que por estas cosas del pop y de los cantautores pero uno necesita unas referencias generacionales y más en estos momentos.
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El Hilario Camacho ha conseguido un encargo através de algún amigo para hacer música para la "tele" y poder seguir tirando, pero eso de tristeza de amor, tiene "mandanga", ¡Vaya título!.

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