El pequeño periódico gratuito que reparten en mi ciudad incluye una agenda de los acontecimientos culturales de la jornada que deberíamos consultar todos los días, porque la prensa local ordinaria, el periódico Hoy, no trae nada de información sobre esto.
Ayer abro por casualidad la Crónica de Badajoz y me encuentro con que se está realizando el III Ciclo de Música Actual que organiza la Sociedad Filarmónica de Badajoz con el patrocinio de la Diputación Provincial y otros organismos. Para más decepción, compruebo que han estado en mi ciudad, entre otros, los músicos de Taller Sonoro. Este ensemble sevillano, que ha publicado una revista en la red interesantísima que venimos recomendando en este blog desde su principio (Espacio Sonoro) y que, actualmente, está por desgracia desaparecida, ha tocado en mi barrio el pasado día 23 sin que yo hubiera tenido noticia alguna de ese hecho. Para más enojo y disgusto, compruebo que hay una actuación hoy jueves, coincidiendo con el concierto de abono de la cuestionada Orquesta de Extremadura que ya tengo pagado: ¡y a la misma hora! La información sobre la cultura en la ciudad es abominable…, aún diré más, es digna de ser abominada, es decir, lo que el diccionario de la R.A.E. llama condenar y maldecir a alguien o algo por considerarlo malo o perjudicial. Estoy desolado.
Me rehago como puedo y compruebo que hoy en el ciclo actúa el grupo granadino Ensemble NeoArs Sonora. Pero tengo que elegir. Claro que, entre la música de los vivos y la de los muertos apuesto por la vida. Siempre hay que apostar por la vida. En el programa figuran varios estrenos, (eso sí que es música actual y no Wagner). Se anuncia un estreno absoluto de una obra de la compositora extremeña, (afincada en Granada), Iluminada Pérez, pero antes de empezar el concierto nos avisan de que el estreno se pospone a mañana. ¡Demonios!, mañana no estaré en la ciudad. No obstante, cuando el grupo aparece en escena y empiezan a interpretar piezas de Gabriel Erkoreka, Voro García, Marisa Manchado y, el estreno absoluto de una obra encargada por la Sociedad Filarmónica de Badajoz a Mauricio Sotelo, el enfado se me acaba pasando. Las interpretaciones son muy buenas, muy trabajadas y profesionales y las composiciones, en especial la última citada, son interesantes.
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