En la sierra de Segovia, tratando de pasar la canícula entre el frescor de los pinares y el aire que por las noches baja de los montes de “la mujer muerta”, hemos visto un anuncio. Se trata de una fotocopia de mala calidad pegada en la parada del autobús. Según avisa, esa noche actuará en una terraza de verano de la localidad vecina José el Francés. La historia es de lo más truculenta. El cantaor ha pasado estos últimos años entre rejas acusado de tráfico de drogas y su carcelero, aficionado al flamenco y con el que ha trabado una buena amistad, es quien ha organizado, (si se puede utilizar aquí ese término), la gala de esta noche. Carcelero, carcelero
Carcelero , carcelero /porque no abres puertas y cerrojos / abre puertas y cerrojos / porque no quiero perderme,(bis) / por culpita de unos ojos / culpita de unos ojos. Que cantaba Manolo Caracol.
Llegamos al anochecer un grupo numeroso de amigos y nos sentamos en una mesa con la esperanza de que alguien se ocupe de nosotros. Esperanza vana. Enseguida llegamos a la conclusión de que aquello no tiene remedio. Algunos de los que nos negamos a terminar el día sin haber cenado nos ponemos manos a la obra y salimos en coche a buscar viandas, pues de otro modo sabemos que no podremos conciliar el sueño cuando todo esto acabe y nos retorzamos entre las sábanas en medio del gruñido de nuestras tripas vacías.
¿Será posible que en tan lamentable hospedería vaya a actuar el Francés? La pregunta parece tener respuesta negativa cuando encienden el “presunto” equipo de sonido. En realidad es un equipo de ruido. La cosa no tiene ninguna gracia. El más hábil de los amigos salta hacia el monitor tratando de conseguir que suene algo más que berridos electrónicos, pero su pretensión es imposible. La decepción está servida. Esto no parece tener arreglo. Sin embargo un artista es un artista y José el Francés toma una decisión valiente: cantará sin equipo de sonido, con su voz y su guitarra en un jardín con casi cien personas y una carretera próxima. Podrá pensarse que no será capaz de hacerse oír, pero no es así. El Francés es un cantaor hecho en la industria gitana y acostumbrado a hacer su música así, en una fiesta, con una guitarra y, si acaso, unas palmas. El cante gitano inunda la noche segoviana, me refiero al cante de verdad. Claro que, esto no es cante para satisfacer a los inquisidores de la ortodoxia. Aquí no hay martinetes ni seguiriyas ni medias granaínas, aquí lo que hay son bulerías, con alguna aproximación a la soleá y rítmicos tangos, mucho de Camarón e incluso canciones que no son flamencas, aunque su voz las haga aflamencar.
Con él está su mujer, Chonchi Heredia, musa que ha sido de de Paco de Lucía, Joaquín Cortés o Antonio Canales, Ketama, Raimundo Amador, Vicente Amigo o Jorge Pardo. Acompaña a su marido y canta alguna cosita también. El de Montpellier descansa para tomarse una copa. Cuenta chistes, habla de Paco de Lucía y de Camarón, se mezcla con el público, que a esas alturas ya le adora, y finalmente consigue que todos a una coreen al unísono aquello de “Ya no quiero tu querer”.
Vienes arrepentida / vienes pidiendo perdón / diciendo que me quieres / he sido tu primer amor / ya no quiero tus labios / porque otro los ha besado / y el amor que te tenía / con tristeza lo he olvidado
Fuera de mi / ya no quiero tu querer / de mi mente / te he borrado / ya no quiero / besar tus labios
Aquí está el Francés con la Niña. En el video no lo dice, pero ya veis que el guitarrista es, nada menos que, Vicente Amigo.
2 comentarios:
Un intérprete que renueva el género
Muchas gracias Francisco por visitar a menudo este blog y por tus acertados comentarios.
Un saludo.
Publicar un comentario