El pasado sábado, el suplemento cultural de El País, (Babelia), traía un artículo de Antonio Muñoz Molina sobre un libro que se acaba de publicar cuyo autor, Alex Ross, es crítico musical del New Yorker y que trata sobre la música en el siglo XX. Como el tema es el que más me interesa en la actualidad y como todo lo que dice Muñoz Molina “va a misa”, he bajado corriendo a mi librería favorita (Universitas) para comprármelo. Por cierto, es muy buena la foto de Stravinsky al piano que hizo Arnold Newman y que aparece en la edición impresa.
Después he visitado El Boomeran(g) y he ido directamente a leer el artículo de Félix de Azúa que siempre tiene algo que contar y ¿de qué habla Azúa en su último artículo? Pues del libro de Alex Ross: Ruído Eterno. Toda una coincidencia. Esto quiere decir dos cosas:
- Que las editoriales utilizan a sus autores para promocionar las ventas de libros de otros
- Que el libro debe de ser interesante, uno de esos que no dejan indiferente a nadie.
Estoy acabando con Fubini para ponerme a leer Ruído Eterno.
- Que las editoriales utilizan a sus autores para promocionar las ventas de libros de otros
- Que el libro debe de ser interesante, uno de esos que no dejan indiferente a nadie.
Estoy acabando con Fubini para ponerme a leer Ruído Eterno.
En el blog del autor se pueden escuchar los fragmentos musicales que van siendo mencionados en el libro, lo que parece que será de lo más interesante. Estoy deseando ponerme con ello.
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