27 feb 2009

Educación musical


Hoy día puedo decir que apenas veo la televisión, lo que no significa que la televisión sea mala, por sí misma, sino que no me gusta lo que vienen poniendo en las decenas de cadenas que puedo ver ahora con la TDT, salvo algunas pequeñas excepciones. Sin embargo la televisión tuvo una influencia enorme en mi educación musical. Uno, que no se ha criado en una de esas casas burguesas que tenían un piano, (que solía tocar la madre), ni era costumbre familiar acudir los sábados por la noche a la ópera, (como las familias que llevan generaciones pagando un abono en el Liceo barcelonés), no tenía más remedio que abrirme al mundo a través de la ventana de la televisión, que llegó a nuestras vidas cuando éramos unos niños en los años sesenta, ya que antes la única ventana que teníamos al mundo era la de la radio. Ya he contado la primera vez que vi (cuando sólo había una cadena) un concierto de Charles Mingus y su orquesta. Pero el programa de televisión que más me influyó fue el de los “Conciertos para jóvenes” de Leonard Bernstein y, en especial, los magníficos comentarios con que los acompañaba. Los he buscado en la red por si alguien había tenido la buena idea de publicarlos en DVD pero solo están editados en EE.UU. y en inglés. Afortunadamente he encontrado dos formas de conseguirlos en castellano.
La primera de ellas es gracias a la aparición en el 2002 de un libro de la magnífica editorial Siruela, editorial que viene poniendo a la venta los libros más hermosos con las más hermosas ediciones. En: “El maestro invita a un concierto (conciertos para jóvenes)”, de Leonard Bernstein se recogen los comentarios que el gran director norteamericano realizaba en aquellas producciones para la televisión que van desde el año 1958 hasta el 1972, con la diferencia de que mientras en la pantalla el director ilustraba los temas con la intervención de la Orquesta Filarmónica de Nueva York en el libro se hace mediante los fragmentos de partituras que muestran las melodías aludidas, lo que se complementa con unas deliciosas ilustraciones de María Pascual.
La otra forma de conseguir los programas de televisión es mediante los videos que aparecen en YouTube, donde alguien los ha colgado con subtítulos en castellano. Algún anónimo benefactor se ha dedicado a traducirlos para poderlos disfrutar en la red. Ahora bien, como los videos de YouTube no vienen teniendo más de diez minutos de duración y los programas de Bernstein llegan a casi una hora, están cortados en distintos trozos que hay que ir ligando. Este problema lo ha resuelto el magnífico blog de divulgación de Marian Dominguez, profesora de música en secundaria, en el que se pueden ver los quince programas con los videos ligados, de tal manera que cuando termina uno empieza otro casi sin interrupción. Por cierto, un blog imprescindible para la divulgación musical que recomendamos a todo el mundo.

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