En las muy recomendables grabaciones en DVD de la serie “Rito y Geografía del Cante”, aparece un aficionado cabal entrevistado por Velazquez Gaztelu que afirma que hoy día no se puede cantar con tanta “hondura” porque los gitanos ya no tienen esa existencia de penalidades, cárceles y muerte que padecían en otros tiempos. Incluso yo añadiría que aunque puedan no sería honesto hacerlo, porque sería, en cierto modo, un engaño. La música popular, (toda la música), está hecha en respuesta a unas necesidades espirituales del ser humano que se expresan a través de esa música. Es un mundo cultural, en un sentido amplio, el que está detrás de los cantes. Conservar lo antiguo en algo parecido a un museo musical está muy bien, (La música clásica lo viene haciendo desde hace mucho tiempo y con bastante éxito), pero que a nadie le extrañe que los creadores actuales estén interesados en otras cosas que les hagan sentirse más a gusto.
Hace poco, (lo he visto ahora), entrevistaban a la Niña Pastori en la contraportada de El País y decía algo sobre este tema:
"El flamenco se nutre de la pobreza y la fatiga, pero hoy el gitano tiene otra posición, los hijos estudian con su ordenador en el cuarto. Vivimos muy bien y así es más difícil expresar el dolor, la hondura. Nadie ha cantado flamenco siendo hijo de ministro, sino teniendo un padre que vendía cuatro limones".
Hace poco, (lo he visto ahora), entrevistaban a la Niña Pastori en la contraportada de El País y decía algo sobre este tema:
"El flamenco se nutre de la pobreza y la fatiga, pero hoy el gitano tiene otra posición, los hijos estudian con su ordenador en el cuarto. Vivimos muy bien y así es más difícil expresar el dolor, la hondura. Nadie ha cantado flamenco siendo hijo de ministro, sino teniendo un padre que vendía cuatro limones".
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