He estado escuchando los últimos discos de Mike Stern porque, como dije, tiene varias intervenciones de Richard Bona, tanto como bajista, como en su faceta de cantante, que me interesan. El guitarrista americano está muy bien con el camerunés, lo mismo que lo estuvo con los grupos de Miles Davis de los ochenta, pero cuando se queda solo la cosa cambia. Hay músicos de jazz (también en el rock y el pop) que son buenos instrumentistas pero incapaces de articular un tema con música interesante. Por eso me gustaba el Miles de los ochenta, porque aunque no tocaba mucho por razones de salud, (soplaba poco y mal la trompeta), sin embargo la música que hacía con todos aquellos jóvenes músicos era extraordinaria. Al oír ahora a Mike Stern se hecha de menos la creatividad de un lider. Miles era un perfeccionista y un creador capaz de inventarse él solo nuevas formas de jazz. Los arreglos, una base en el bajo o una determinada percusión que le permitiera improvisar, eran suficientes para crear nuevos mundos sonoros. Richard Bona también tiene esa capacidad. Stern no.
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