Lyotard, Jean François: La condición postmoderna, (Cátedra, 1986).
El libro tiene su origen en el informe de una investigación encargada por el Conseil des Universites de Quebec y posteriormente, gracias a la autorización de esa institución, fue publicado en Francia y dedicado: “al Instituto Politécnico de Filosofía de la Universidad de Paris VIII (Vincennes), en el momento muy postmoderno en que esa universidad se expone a desaparecer y ese instituto a nacer”.
Por ese motivo el libro tiene un claro significado como informe sobre las universidades, siendo el subtítulo del libro: “informe sobre el saber”.
La trascendencia de este corto ensayo reside en que es el primero en el que se analiza la situación de nuestra cultura en lo que se ha venido en llamar la época postmoderna, es decir, la época en que los discursos tradicionales de la modernidad han sido puestos en cuestión y una nueva forma de ver el mundo está en ciernes. Si el libro se publicó en Francia en 1984, su redacción, por los avatares comentados, se inicia a finales de los años setenta. En este sentido, llama hoy la atención las referencias al mundo cibernético en un momento en que aún no había nacido la informática personal, pero por otra parte, es notoria la visión que ofrece el libro sobre lo sucedido en nuestra cultura desde aquellos días y el acierto de sus análisis.
Según Lyotard la cultura moderna estaba basada en metarrelatos que servían para explicar la realidad y que pretendían, de forma engañosa, la liberación individual o colectiva de la humanidad. El autor pone de manifiesto la desconfianza reciente hacia esos metarrelatos y señala que el saber actual está basado en la performatividad, lo que viene a significar, la eficacia capitalista en la producción. Esto supone la fragmentación del saber en múltiples saberes sin que ninguno de ellos pretenda explicar el mundo o prometa la salvación. “No encuentra su razón en la homología de los expertos, sino en la paralogía de los inventores”.
La condición postmoderna tiene una gran influencia en todas las manifestaciones de nuestra cultura. En el terreno musical esto lo podemos encontrar tanto a nivel de composición, como a nivel musicológico por su influencia en la historiografía musical. La historia de la música, después del cambio postmoderno, ha dejado de basarse en los grandes relatos sobre los “héroes” musicales y se ha centrado más en aspectos fragmentarios, pero que abren nuevas posibilidades al análisis histórico de la música. En España apenas se ha notado este cambio por cuanto que nuestro mundo editorial, en la esfera musical, es un desierto tercermundista, superado por algunos países latinoamericanos que, más cercanos a la cultura norteamericana, tienen un mayor volumen editorial y una aproximación más actual a la musicología. La mayoría de los textos musicológicos actuales no han sido traducidos, en especial en lo que se refiere al mundo dominante anglosajón, sólo en algunos jóvenes musicólogos se aprecia este cambio de enfoque. Recientemente comentábamos aquí el libro de Miguel A. Marín sobre los cuartetos de Haydn que está escrito según los criterios más actuales aplicados a la investigación musicológica.
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